Por Dr. Juan Pablo Aguilar
En un artículo anterior: Bestiario Empresarial: Las Empresas Zombie y Otras Variedades, mencionaba que las empresas zombie son aquellas que presentan vacío existencial* o, dicho de otra manera, que no tienen claro “el sentido de su existencia” o “para qué operan” por lo que se dedican única o principalmente a la generación de utilidades o a producir bienes o servicios, sin ver más allá de eso, resultando en colaboradores con actitudes inadecuadas y bajos niveles de compromiso. Como decía Antoine de Saint-Exupéry “El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas”
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Si bien no hay una “receta única” para reconocer una empresa zombie, podemos partir del siguiente decálogo para determinar el “grado de zombificación” de una empresa:
1. Si preguntas ¿Qué es esta empresa? encontrarás distintas versiones (entre las que alguna se limita a describir el régimen fiscal o el giro de la misma), es posible que, incluso, no se cuente con una identidad organizacional.
2. Ante la pregunta ¿Qué es lo que hacemos en esta empresa? tendrás una respuesta enfocada en mencionar el(los) producto(s) o servicio(s) que ofrece(n).
3. Al preguntar ¿Por qué hacemos lo que hacemos? encontrarás respuestas enfocadas en el dinero, el logro de un indicador o, incluso, un “no sé”.
4. Si preguntas ¿Para qué** hacemos lo que hacemos? recibirás respuestas en términos de logros de objetivos financieros, operativos, o de mercados.
5. Los objetivos y las actividades de la empresa son de carácter reactivo y están influenciados por las actividades y resultados de sus competidores.
6. Las decisiones que se toman son influenciadas principal o mayormente por el factor económico.
7. La satisfacción de formar parte de la empresa es única o principalmente extrínseca ($).
8. Los colaboradores tienen una sensación de estar atrapados en su trabajo, de un “vacío interno”, de hacer las cosas solo o esencialmente por dinero, de “ser algo, no alguien” para la empresa.
9. El compromiso de los colaboradores hacia la empresa o sus ideales (si los tiene) es poco o inexistente.
10. Los valores de la empresa son exclusiva o principalmente asociados con el poder o las utilidades.
En términos generales, lo anterior puede expresarse en las empresas zombie en alguna de las siguientes maneras:
1. Si preguntas ¿Qué es esta empresa? encontrarás distintas versiones (entre las que alguna se limita a describir el régimen fiscal o el giro de la misma), es posible que, incluso, no se cuente con una identidad organizacional.
2. Ante la pregunta ¿Qué es lo que hacemos en esta empresa? tendrás una respuesta enfocada en mencionar el(los) producto(s) o servicio(s) que ofrece(n).
3. Al preguntar ¿Por qué hacemos lo que hacemos? encontrarás respuestas enfocadas en el dinero, el logro de un indicador o, incluso, un “no sé”.
4. Si preguntas ¿Para qué** hacemos lo que hacemos? recibirás respuestas en términos de logros de objetivos financieros, operativos, o de mercados.
5. Los objetivos y las actividades de la empresa son de carácter reactivo y están influenciados por las actividades y resultados de sus competidores.
6. Las decisiones que se toman son influenciadas principal o mayormente por el factor económico.
7. La satisfacción de formar parte de la empresa es única o principalmente extrínseca ($).
8. Los colaboradores tienen una sensación de estar atrapados en su trabajo, de un “vacío interno”, de hacer las cosas solo o esencialmente por dinero, de “ser algo, no alguien” para la empresa.
9. El compromiso de los colaboradores hacia la empresa o sus ideales (si los tiene) es poco o inexistente.
10. Los valores de la empresa son exclusiva o principalmente asociados con el poder o las utilidades.
En términos generales, lo anterior puede expresarse en las empresas zombie en alguna de las siguientes maneras:
- La vida de la empresa se limita al tener ($), después al hacer y, en último lugar, al ser, es decir, se enfoca únicamente en realizar actividades que generen dinero, sin importar lo que se tenga que hacer para obtenerlo, o en qué se convierta la empresa al llevarlas a cabo. Así, encontramos empresas que lo único que conservan desde sus inicios es el nombre.
- La relación de los colaboradores, directivos, proveedores y clientes tiene una motivación meramente extrínseca, es decir, centrada en el beneficio económico, estatus o poder que obtienen de la misma.
- Hay un engagement bajo o inexistente.
- Parecen guiarse por el lema “Las personas son reemplazables, las utilidades no”
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¿Cómo volver a la vida a una empresa zombie?
En este caso tampoco hay una “receta única”, ya que cada empresa es diferente, pero las siguientes pautas pueden servir como un buen “kit de primeros auxilios”:
Una vez trabajados los cuatro puntos anteriores, es importante definir qué corresponde a cada nivel jerárquico de la organización:
Algunos de los cambios que ocurren cuando una empresa descubre (o redescubre) y empieza a vivir su sentido son, que pasa de tener:
Por último, pero no menos importante, si estás en una empresa zombie y quieres volverla a la vida, recuerda que “el cambio es un proceso, no un evento”, requerirá ajustes y paciencia, pero al final habrá valido la pena.
- Descubrir o redescubrir la identidad organizacional, “Qué somos” como empresa; formularla de manera que sea fácil de expresar en una frase, que invite a vivirla y a querer unirse a la organización. No basta con que sea un “eslogan llamativo”, la identidad hay que sentirla, hay que vivirla; debe ser la base de la cultura organizacional y el desarrollo o consolidación de la empresa.
- Replantear “Qué es lo que hacemos”, basándose en el efecto o beneficio que generan los productos o servicios de la empresa. Este efecto debe ser la base para la toma de decisiones de actualizaciones, retiros o lanzamientos de nuevos productos o servicios.
- Recordar “Por qué hacemos lo que hacemos”, enfocándonos en las razones por las que se inició el negocio, procurando mantener vivos esos ideales. Seguramente quien comenzó la empresa tuvo una idea que iba más allá de lo meramente económico; hay que “mantener viva esa llama”.
- Descubrir “Para qué** hacemos lo que hacemos” (esto es, el sentido organizacional), el cual debe ser el cemento que mantiene unida a la empresa. El sentido organizacional, el “Para qué”, hay que descubrirlo, no se puede copiar o adaptar de un libro o una película ni lo puede señalar un consultor externo (pero se puede, y se recomienda, acudir a uno para que apoye en ese proceso de descubrimiento). Una vez descubierto, hay que interiorizarlo.
Una vez trabajados los cuatro puntos anteriores, es importante definir qué corresponde a cada nivel jerárquico de la organización:
- Alta dirección: Establece las nuevas directrices, contagia esta nueva forma de concebir la empresa a los mandos intermedios y los respalda al gestionar los cambios que genere este redescubrimiento.
- Mandos intermedios: Contagiados por la alta dirección y contando con su respaldo, los mandos intermedios son el enlace que establece la manera en que los puestos operativos pondrán en práctica los cambios.
- Puestos operativos: Son quienes hacen realidad esta nueva concepción en el día a día, trasmitiéndola a sus compañeros, clientes, proveedores y, en general, a su entorno, logrando así construir realmente una empresa con sentido.
Algunos de los cambios que ocurren cuando una empresa descubre (o redescubre) y empieza a vivir su sentido son, que pasa de tener:
- empleados a colaboradores.
- clientes a fans.
- quejas a generación de propuestas.
- trabajadores por obligación a colaboradores por convicción.
- desgaste a eficiencia.
- egoísmo a cooperación.
- obstáculos a encontrar soluciones.
Por último, pero no menos importante, si estás en una empresa zombie y quieres volverla a la vida, recuerda que “el cambio es un proceso, no un evento”, requerirá ajustes y paciencia, pero al final habrá valido la pena.

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*Vacío existencial es un concepto que se utiliza principalmente en Logoterapia para hacer referencia a las personas que no tienen una razón, un “para qué” vivir, por lo que se dedican a cuestiones meramente superficiales; sin embargo, si observamos a la empresa como si fuera una persona, notaremos que las empresas también pueden presentar vacío existencial. De acuerdo a la investigación postdoctoral realizada por el mismo autor “La empresa en busca de sentido: Diseño de un modelo de intervención organizacional para empresas con vacío existencial” publicada en el libro “Tópicos Selectos de Logoterapia: seis casos de aplicación”.
**Es común que se responda el para qué con un porqué y viceversa: el por qué pregunta por razones, por justificaciones y, en general, por el pasado; mientras que el para qué hace referencia al futuro, al sentido o a lo que se pretende conseguir o lograr.
Imagen de portada por MichaelGaida en Pixabay
Imagen en el texto de Julia Filirovska en Pexels
**Es común que se responda el para qué con un porqué y viceversa: el por qué pregunta por razones, por justificaciones y, en general, por el pasado; mientras que el para qué hace referencia al futuro, al sentido o a lo que se pretende conseguir o lograr.
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