Por Dr. Juan Pablo Aguilar
Tras años de hacer diagnósticos en distintas empresas, me he dado cuenta de que algunas de ellas tienen ciertas características en común, las cuales, en algunos casos, dada su peculiaridad, no se han tratado en la teoría administrativa. Dado lo anterior, he elaborado este listado de 17 categorías, que, si bien puede dar una primera impresión de gracioso o irreverente, tiene como finalidad ayudar a distinguir características comunes que, de otra manera, podrían interpretarse como casos aislados. Estas clasificaciones también pueden presentarse a nivel de sucursales o, incluso, de departamentos. Se presentan en un orden meramente aleatorio carente de jerarquía y sin hacer referencia a su frecuencia, grado de toxicidad, etc.
1. Empresas zombie: son aquellas que presentan vacío existencial* no tienen bien definido “para qué operan”, por lo que se dedican única o principalmente a la generación de utilidades, es común que estén conformadas en su mayoría o en su totalidad por “empleados zombies” que llegaron y permanecen allí solo por el dinero que reciben.
Tras años de hacer diagnósticos en distintas empresas, me he dado cuenta de que algunas de ellas tienen ciertas características en común, las cuales, en algunos casos, dada su peculiaridad, no se han tratado en la teoría administrativa. Dado lo anterior, he elaborado este listado de 17 categorías, que, si bien puede dar una primera impresión de gracioso o irreverente, tiene como finalidad ayudar a distinguir características comunes que, de otra manera, podrían interpretarse como casos aislados. Estas clasificaciones también pueden presentarse a nivel de sucursales o, incluso, de departamentos. Se presentan en un orden meramente aleatorio carente de jerarquía y sin hacer referencia a su frecuencia, grado de toxicidad, etc.
1. Empresas zombie: son aquellas que presentan vacío existencial* no tienen bien definido “para qué operan”, por lo que se dedican única o principalmente a la generación de utilidades, es común que estén conformadas en su mayoría o en su totalidad por “empleados zombies” que llegaron y permanecen allí solo por el dinero que reciben.

2. Empresas abeja: Son las que, al igual que este insecto, que según las leyes de la aerodinámica no debería poder volar; al confrontarlas con la teoría administrativa, no deberían funcionar, y sin embargo, lo hacen.
3. Empresas cocodrilo: Son aquellos “fósiles vivientes” que no han necesitado cambiar en los últimos 50 años (o más) y que siguen siendo eficientes.
4. Empresas vampiro: Empresas que “chupan” la salud, la energía y/o la vida personal de cualquier empleado que se los permita.
5. Empresas resorte: Son organizaciones en las que la gente desea trabajar, pensando que en el mediano o corto plazo esto les servirá para poder aspirar a un trabajo en una empresa mejor.
6. Empresas insignia: Las que se suelen mencionar o tener como referentes en cuanto a estilos de liderazgo y de las que las “frases de redes sociales” de su CEO suelen encontrar mucho eco.
7. Empresas sombra: aquellas empresas enfocadas principalmente en igualar, intentar ganarle o simplemente “quitarle clientes” a la empresa insignia (regularmente de forma reactiva).
8. Empresas fast food: Son como hamburguesas de un restaurante de comida rápida: todas idénticas, todas ofrecen lo mismo. Solo compiten por “el precio más bajo” o “el mejor servicio”.
9. Empresas hoyo negro: Aquellas en las que las operaciones y procesos (importantes o no) son absorbidas por una persona en especial u “hoyo negro” (en muchos casos es el propietario).
10. Empresas robot: Enfocadas principal o completamente en el cumplimiento de procesos para lograr lo que consideran lo único o lo más importante: el indicador (no importa si este refleja o no la realidad), son empresas que tienen un cierto parecido con las “vampiro” ya que consideran a los trabajadores como recursos.
11. Empresas disecadas: Se caracterizan por haber tenido su “momento de gloria” y aferrarse a esta imagen, aunque este momento haya sido hace años o décadas, e, incluso, este apego las esté llevando a la ruina.
12. Empresas apuntaladas: Son las que funcionan siempre y cuando esté “el puntal” (persona que concentra todo el know how de la empresa), de lo contrario, se vuelven un caos; a diferencia de la empresa hoyo negro, esta persona es eficiente, pero se ha convertido en puntal ya sea por celo profesional, por comodidad de sus compañeros o por tener mayor antigüedad en la empresa.
13. Empresas corset: Sea por lo que proyectan con sus instalaciones, páginas web, redes sociales o promesas de venta, son aquellas que aparentan ser algo que en realidad no son.
14. Empresas castillo de naipes: Son las que, debido a deficiencias u obsolescencia en sus procesos o capital humano, ante el menor problema se derrumban.
15. Empresas ratonera: Se caracterizan por parecer demasiado buenas para ser verdad, a diferencia de las empresas corset, estas engañan intencionalmente ya sea en los procesos de contratación, capitalización, compras, ventas, etc.
16. Empresas marioneta: Necesitan de alguien externo para que jale los hilos y se muevan, normalmente es un consultor o excolaborador y, en casos menos comunes, un proveedor, cliente o pariente del propietario o de la alta dirección.
17. Empresas juguete: Creadas por sus propietarios para pasar el rato, tener un tema de plática con sus amigos, o para que sus hijos “jueguen a ser empresarios”.
Estas clasificaciones, más que buscar denigrar o satirizar a las empresas, sucursales o departamentos que presenten algunas de estas características, tienen la intención de hacer consciencia e invitar a, en primer lugar, buscar un cambio de actitud para poder dar paso a una posterior renovación de identidad y autoconcepto organizacional (ya que en muchos casos estas clasificaciones se han arraigado hasta los niveles de la identidad organizacional), para así iniciar el camino hacia la mejor versión de su empresa, su versión 2.0.
Cuando mejoran las empresas, mejora no solo su productividad, sino también la calidad de vida y la actitud hacia estas sus directivos y colaboradores, además de que mejora la percepción de ellas que tienen sus clientes, proveedores y la sociedad en la que operan. Se podría decir que es una mejora de 360°, tanto en lo horizontal como en lo vertical.
3. Empresas cocodrilo: Son aquellos “fósiles vivientes” que no han necesitado cambiar en los últimos 50 años (o más) y que siguen siendo eficientes.
4. Empresas vampiro: Empresas que “chupan” la salud, la energía y/o la vida personal de cualquier empleado que se los permita.
5. Empresas resorte: Son organizaciones en las que la gente desea trabajar, pensando que en el mediano o corto plazo esto les servirá para poder aspirar a un trabajo en una empresa mejor.
6. Empresas insignia: Las que se suelen mencionar o tener como referentes en cuanto a estilos de liderazgo y de las que las “frases de redes sociales” de su CEO suelen encontrar mucho eco.
7. Empresas sombra: aquellas empresas enfocadas principalmente en igualar, intentar ganarle o simplemente “quitarle clientes” a la empresa insignia (regularmente de forma reactiva).
8. Empresas fast food: Son como hamburguesas de un restaurante de comida rápida: todas idénticas, todas ofrecen lo mismo. Solo compiten por “el precio más bajo” o “el mejor servicio”.
9. Empresas hoyo negro: Aquellas en las que las operaciones y procesos (importantes o no) son absorbidas por una persona en especial u “hoyo negro” (en muchos casos es el propietario).
10. Empresas robot: Enfocadas principal o completamente en el cumplimiento de procesos para lograr lo que consideran lo único o lo más importante: el indicador (no importa si este refleja o no la realidad), son empresas que tienen un cierto parecido con las “vampiro” ya que consideran a los trabajadores como recursos.
11. Empresas disecadas: Se caracterizan por haber tenido su “momento de gloria” y aferrarse a esta imagen, aunque este momento haya sido hace años o décadas, e, incluso, este apego las esté llevando a la ruina.
12. Empresas apuntaladas: Son las que funcionan siempre y cuando esté “el puntal” (persona que concentra todo el know how de la empresa), de lo contrario, se vuelven un caos; a diferencia de la empresa hoyo negro, esta persona es eficiente, pero se ha convertido en puntal ya sea por celo profesional, por comodidad de sus compañeros o por tener mayor antigüedad en la empresa.
13. Empresas corset: Sea por lo que proyectan con sus instalaciones, páginas web, redes sociales o promesas de venta, son aquellas que aparentan ser algo que en realidad no son.
14. Empresas castillo de naipes: Son las que, debido a deficiencias u obsolescencia en sus procesos o capital humano, ante el menor problema se derrumban.
15. Empresas ratonera: Se caracterizan por parecer demasiado buenas para ser verdad, a diferencia de las empresas corset, estas engañan intencionalmente ya sea en los procesos de contratación, capitalización, compras, ventas, etc.
16. Empresas marioneta: Necesitan de alguien externo para que jale los hilos y se muevan, normalmente es un consultor o excolaborador y, en casos menos comunes, un proveedor, cliente o pariente del propietario o de la alta dirección.
17. Empresas juguete: Creadas por sus propietarios para pasar el rato, tener un tema de plática con sus amigos, o para que sus hijos “jueguen a ser empresarios”.
Estas clasificaciones, más que buscar denigrar o satirizar a las empresas, sucursales o departamentos que presenten algunas de estas características, tienen la intención de hacer consciencia e invitar a, en primer lugar, buscar un cambio de actitud para poder dar paso a una posterior renovación de identidad y autoconcepto organizacional (ya que en muchos casos estas clasificaciones se han arraigado hasta los niveles de la identidad organizacional), para así iniciar el camino hacia la mejor versión de su empresa, su versión 2.0.
Cuando mejoran las empresas, mejora no solo su productividad, sino también la calidad de vida y la actitud hacia estas sus directivos y colaboradores, además de que mejora la percepción de ellas que tienen sus clientes, proveedores y la sociedad en la que operan. Se podría decir que es una mejora de 360°, tanto en lo horizontal como en lo vertical.

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*Vacío existencial es un concepto que se utiliza principalmente en Logoterapia para hacer referencia a las personas que no tienen una razón, un “para qué” vivir, por lo que se dedican a cuestiones meramente superficiales; sin embargo, si observamos a la empresa como si fuera una persona, notaremos que las empresas también pueden presentar vacío existencial. De acuerdo a la investigación postdoctoral realizada por el mismo autor “La empresa en busca de sentido: Diseño de un modelo de intervención organizacional para empresas con vacío existencial” publicada en el libro “Tópicos selectos de logoterapia: seis casos de aplicación”.
Imagen de portada de Wikimedia Commons, the free media repository, autor anónimo.
Imagen en el texto: Willi Heidelbach de Pixabay.